una pequeña historia...
A veces no sabes como decirlo, a veces ni siquiera sabes como hablarte a ti mismo. En ocaciones no entiendes la razón de tu estado, otras lo entiendes perfectamente. Buscas respuestas, tratas de parecer normal y con suerte lo logras. Pero no lo puedes evitar, va más alla de ti, de tu cuerpo, de tus intentos de sonrisa, de los chistes. Nadie se da cuenta, porque la gente no suele mirarse a los ojos, porque nadie se toma el tiempo para hacerlo, el mundo va muy rápido para detenerse en los detalles.
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